Tenía 8 años cuando comencé a interesarme por la música y por el jazz en concreto. Y rápidamente descubrí que quería aprender a tocar un instrumento con el que pudiera divertirme. La primera vez que tuve en mis manos un saxofón sólo tenía 11 años y la fascinación que me produjo este instrumento fue tan intensa, que ya no he podido dejarlo nunca.
Pronto tuve mi primer instrumento propio, un saxofón alto, y este fue el comienzo de mi vida dedicada a la música. A los 14 años ya no me bastaba con tocar las canciones de las partituras y empecé a improvisar. Y no solo con estándares de jazz después de la escuela, sino también con temas de música house, pop y muchos otros estilos. Todo lo que oía en la radio lo tenía que refinar con los sonidos de mi saxofón.
A los 16 años pisé mi primer gran escenario y actué junto a un DJ interpretando música house frente a miles de personas.